Comerse el propio pelo

TRICOTILOMANÍA

Tres días sin tirarse del pelo


La tricotilomanía es un trastorno que lleva a arrancarse el pelo de forma compulsiva. La cabeza es la zona más frecuente que eligen los afectados para arrancarse el cabello

Ilustración: Luis Parejo

ISABEL F. LANTIGUA

MADRID.- "Una pestaña tarda seis semanas en volver a crecer. Es una lección que aprendí con nueve años, cuando no podía parar de arrancármelas". Lo recuerda Jennifer Reikes, una realizadora de documentales que tardó una década en saber que lo que le pasaba tenía un nombre: tricotilomanía.

Se estima que en el mundo alrededor de 20 millones de personas padecen este trastorno, que lleva a arrancarse el pelo hasta el extremo, en muchos casos, de formar calvas en la cabeza y en otras zonas del cuerpo.

La tricotilomanía está considerada como un trastorno del control de los impulsos. Según el psicólogo José Manuel Quesada, afectado por este problema desde hace 40 años, se trata básicamente "de una forma compulsiva de arrancamiento del pelo que viene dada por unos momentos previos de tensión que se alivia al arrancar el cabello".

Aunque es difícil determinar la incidencia de este trastorno, ya que debido a la vergüenza que provoca se suele esconder, Quesada indica que "sólo en Estados Unidos se calcula que hay unos ocho millones de tricotilómanos". Las estadísticas señalan que el 1,5% de los hombres y el 3,5% de las mujeres padecerán esta enfermedad a lo largo de su vida.

"Con nueve años aprendí que una pestaña tarda seis semanas en crecer"

Para Reikes fue un alivio descubrir al cabo de los años que "no estaba sola"» y que no era un 'bicho raro'; una sensación que la animó para rodar el documental 'Bad Hair Life', donde aborda este problema. Algo parecido le sucedió a Quesada, quien afirma que "es necesario sacar del oscurantismo a quienes sufren esta condición". Por eso se decidió a crear una página web de ayuda a los afectados. "Es muy importante que los que sufren trico cuenten lo que les pasa, aunque sea duro, y que busquen ayuda en profesionales (psicólogos o psiquiatras)", indica.

José Manuel sabe de lo que habla por experiencia propia: "Empecé a arrancarme el pelo a los cuatro años. Para evitarlo, mi madre me ponía gorros, me ataba los dedos con esparadrapo y lo peor era cuando me rapaban la cabeza, lo pasé muy mal. Me llamaban 'el pelao', 'el calvi', 'el tres pelos'... Era la burla de todo el mundo".

Este experto conoció que lo que padecía era tricotilomanía cuando estudiaba psicología. Aunque lleva una vida feliz, casado y con tres hijos, reconoce que "no me puedo confiar. Es una enfermedad que siempre vuelve".

Tras la cabeza, el pubis


Quesada ha realizado una encuesta a través de su web en la que han participado casi 100 personas durante seis meses para sacar los patrones más comunes del trastorno, del que no se ha investigado demasiado. De este trabajo se extrae que la cabeza es la zona más perjudicada por la tricotilomanía, pues casi el 90% de los afectados se arrancan de ahí el pelo, seguido del pubis (28%), las cejas (22%) y las pestañas (18%).

Participaron muchas más mujeres que hombres (84% frente al 16%), algo que no sorprende ya que esta enfermedad afecta a las féminas en una proporción de ocho a uno respecto a los varones.

"No me puedo confiar. Es una enfermedad que siempre vuelve".

En cuanto a las situaciones que más predisponen a tirarse del pelo destacan ver la televisión (en el 92% de los casos), leer o estudiar (un 81%) y estar tumbados en la cama (76%). Más o menos la mitad se tiran viéndose en el espejo y hablando por teléfono. El 78% de los tricotilómanos recurre a arrancarse el cabello cuando está solo.

El tratamiento, tanto fármacos (antidepresivos e inhibidores de recaptación de serotonina) como terapias cognitivas o hipnosis, puede ayudar en algunos casos, pero no resulta demasiado efectivo. El 95% de los participantes en la encuesta, tanto tratados como sin tratar, reconocen que sólo han podido estar entre uno y tres días sin tirarse del pelo. "Aguantar más tiempo es una tarea realmente complicada", afirman.


TRICOTILOMANIA (II)


MADRID.- La tricotilomanía suele comenzar, por lo general, en la infancia, de los tres a los seis años o en la preadolescencia, entre los 10 y los 13 años, aunque también se puede dar en la edad adulta. Para el psicólogo hay tres características clave que definen este trastorno: "su cronificación con el paso del tiempo, la recidiva (recaídas frecuentes) y la vergüenza social que provoca".

El porqué se desencadena esta enfermedad no está claro. Los expertos apuntan varias causas que van desde las genéticas (algunos creen que es hereditario, aunque no se ha podido demostrar) hasta las biológicas o ambientales, como las situaciones de estrés.

Cristina, estudiante de enfermería que sufre tricotilomanía, reconoce en la web de afectados que "no sabría explicar cuándo exactamente me estiré el primer pelo ni por qué lo hice, por más que me paro a pensar no sé por qué empecé". De hecho, dos tercios de los encuestados no saben cuál fue la situación que desencadenó el problema, mientras que un pequeño porcentaje lo achaca a situaciones de estrés o a alguna vivencia traumática.

En cuanto a la relación con otros trastornos, un 37% de los tricotilómanos padece o ha padecido depresión y el 29% también se come las uñas. Algunos de ellos (un 22%) se comen el pelo que se arrancan (tricofagia). "Este último trastorno forma pelotas de pelo en el estómago y requiere una solución quirúrgica", explican los especialistas.

"La tricotilomanía tiene un impacto emocional muy profundo en quienes los sufren", argumenta Raikes. Según José Manuel, "puede llegar a dominar la vida de la persona, que al ver sus calvas no se atreve ni a salir de casa y se siente diferente a los demás".

Esto último es lo que le pasó a Ana, ingeniera técnica de Valencia, quien se considera una persona "muy abierta y amigable", pero "me levantaba llorando sin querer ir a clase porque no sabía cómo peinarme, era una situación horrible".

Para tratar de evitar arrancarse el pelo, los pacientes señalan que lo mejor es "encontrar un hobby que te mantenga las manos ocupadas".

http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=49430

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ejerce tu derecho a opinar, tus comentarios son bienvenidos

 
Volver arriba