Estos surgen en el siguiente orden: frontales inferiores, frontales superiores, incisivos laterales inferiores, incisivos laterales superiores, premolares, caninos superiores y caninos inferiores; posteriormente, los molares, que aparecen hacia los 2 años. A los 3, probablemente, el niño contará con las 20 piezas de su dentición temporal.
Generalmente, los padres se preocupan porque la dentición trae síntomas como fiebre, dolor e irritabilidad, por la inflamación de las encías. Pero no se conocen las razones que asocian estas señales con el nacimiento de los dientes. La diarrea o la mucosidad también pueden ser causadas por virus o bacterias.
Para aliviar la sensación de la erupción y la irritación, los niños introducen en su boca todo lo que encuentran: sus manos, ropa y juguetes. Eventualmente empezarán a babear y se enrojecerán las mejillas y la barbilla.
Los expertos recomiendan los juguetes de caucho con agua en su interior para calmar la picazón. Póngalos en la nevera antes de dárselos al niño, pues el frío ayuda a refrescar las encías y evite congelarlos. Esterilícelos si el bebé los arroja al suelo o cuando termine de utilizarlos.
Con los primeros dientes, el bebé no estará listo para consumir alimentos de mayor tamaño y consistencia; todavía requiere entrenamiento para aprender a masticar y formar el bolo alimenticio en la boca.
Al lavar los primeros dientes, use el cepillo de dientes para remover la placa bacteriana, causante de la caries.
• El mejor cepillo que puede emplear para iniciar la higiene oral del bebé es aquel que tenga un mango especial, cabeza pequeña y cerdas de nylon.
• Uno de los mitos para aliviar la molestia de las encías es el de frotar las encías con whisky. Los especialistas no recomiendan esa práctica.
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