He fumado durante 50 largos años, siempre haciendo caso omiso a médicos, familiares y amigos y si no hubiera pasado el susto de sentirme al borde de la muerte, hoy continuaría fumando, ya que el tabaco y el cigarrillo me producían un inmenso placer.
Quiero relatar este trágico episodio de mi vida a mis amigos fumadores empedernidos y aunque nadie experimenta en cabeza ajena, a lo mejor le sirve de advertencia a alguien.
Comencé con una gripe y a los pocos días
el pecho lo tenía trancado; Yo tomaba como siempre mis jarabes y la gran sorpresa fue el sábado 20 de junio pasado, cuando a las nueve de la noche no podía respirar; sentía que se me hundía el pecho, buscaba el aire y cada vez se me hacía más difícil.
Fui llevado de emergencia a una clínica y cuando llegué todo se acentuó. Quiero detallar el horror de los síntomas: Casi me era imposible respirar, aunque tenía la bombona de oxígeno en mi nariz, mis ojos se dilataban y casi no podía ver, mi pecho y mi estómago se revolvían como una batidora, las venas se me brotaron, vi morados mis dedos, mis uñas y mi cuerpo.
Esta tortura duró toda la noche y varios días más. Ya he superado la crisis, han pasado casi dos meses y estoy recuperándome gracias a Dios y a la ciencia médica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ejerce tu derecho a opinar, tus comentarios son bienvenidos